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Repentinamente

Cafetín

Cafetín

Repentinamente, como si fuera el comienzo de un sueño que te sorprende, me encontré sentado en un cafetín de estilo Americano con mesas y barra cubiertos de formica con pintas de varios colores, los bancos del bar y bancas de las cabinas de asientos cubiertos de lustroso plástico rojo. Las paredes y techos enchapados con placas impecables plásticas. En general el cafetín parecía estar mantenido como si fuera un quirófano. Las luces brillaban, después de observarlo detenidamente, note que podía ver ninguna sombra, al comienzo no le di mucha importancia, ya q habían muchas otras cosas que invadieron mis sentidos.

A dos mesas de la mía estaba sentado un hombre mayor que presentía haber conocido alguna vez, sin estar seguro. A mi derecha y contra una gran ventana estaba sentada mi única hija de nueve años. Al mirar en su dirección, casi como notar su presencia, mire a través de la ventana y vi una calle nocturna vacía, postes de luz iluminaban las aceras, bancas y un gran parque cercado con una alta reja de fierro, mas allá los altos arboles y la obscuridad del atardecer avanzado.

Esos momentos que son tan cambiantes, pero que rara vez apreciamos y damos por dados en los cuales nuestros días se convierten en noches. Este momento en particular me record una pintura de Magritte muy similar en contenido, donde un poste de luz alumbra una calle en penumbra habiendo todavía luz en el firmamento, algo surreal. Parecía que era otoño, mi estación favorita, me recuerda el cambio. Todavía podía percibir algo de color en los arboles del parque, también el olor de las hojas en deterioro y algo de humedad de lluvia inminente.
El cafetín estaba casi vacío, nadie se movía, ni un ruido, escuchaba solo el zumbido del silencio en mis oídos, o el tronar de mi pulso. La iluminación tenia un color verduzco y frio, no parecía real.

Parque oscuro

Parque oscuro

Después de observar, categorizar y tratar de entender, sin respuesta de mi paradero, me dirige a las cosas mas notables que nos rodeaban. El hombre sentado, después de volverlo a observar, me record a mi, como si me estuviera mirando en un espejo, que extraño. No se movió al mismo tiempo, y parecía algo mayor que yo, o por lo menos, a la imagen que yo tenia de mi en ese momento. Estaría soñando de nuevo? Tenia el torso descubierto, estaba quemado por el sol y tenia muchas pecas. No nos miraba, parecía leer, no se movía, pero de cierta manera sentía que había habido algún tipo de comunicación entre nosotros, aun en ese silencio.

Sentí un presentimiento y una urgencia de levantarme e irme de ese sitio, algo desagradable iba a pasar. Tome la mano de mi hija, me pare y tirando de su brazo la alce hasta q se paro. Estuvimos inmóviles por un momento que pareció mas largo de lo normal. El hombre desnudo también se paro y quedo quieto, como si nos estuviera imitando. Una luz tenue y verde pulsaba de su ombligo, era algo inhumano. Dicha luz empezó al pulsar rápidamente incrementando su intensidad hasta quedar continuamente prendida. Un rayo de luz verde emanaba de esa fuente de luz, siguiendo su trayecto note que apuntaba a mi abdomen, exactamente a mi ombligo. A través de mi ropa podía ver que de mi ombligo salía la misma tenue luz pulsante, también incrementando el pulso hasta tenerla prendida totalmente. No había sido un reflejo, no éramos iguales, pero similares. Estaba muy confundido, sentía el tronar de mi pulso en los oídos y mi respiración acelerarse.

Anteriormente, al haberlo visto sentado, no me hubiera imaginado lo extraño que era. Su semejanza física a mi, incluyendo los ombligos iluminados, harían de el y yo aparentemente de la misma especie, por consiguiente esa revelación era la única respuesta posible. Salte rápidamente al presentimiento de peligro q había sentido momentos atrás u decidí huir en vez de luchar. Pensé que huyendo encontraría por lo menos un momento de paz para poder tratar de entender lo que nos estaba pasando.

Ya parado, me puse el saco, pague la cuenta y tomando la pequeña mano de mi hija, la jale para que se montara sobre mi espalda, esto era algo que hacíamos mucho y parecía natural y tenia una fluidez extraordinaria. Solo con un pequeño tirón, ella casi como volando se acoplaba a mi espalda como si fuera parte de ella. Con paso apretado y seguro fui a la puerta, voltee brevemente para ver si algo se movía, y al ver que no, empuje la puerta de metal y vidrio y salte a la obscuridad de la noche. Estaba buscando el manto de invisibilidad que ella brindaba, esquive los postes de luz y cruce la calle hacia en parque. Tenia la impresión que alguien me buscaría y tenia que pensar por que.

Corriendo con ella a cuestas, notaba que mi paso era rápido, ágil y casi inaudible, me desplazaba con extrema facilidad. Esto aliviaba mi alma, ya que mis esfuerzos de huir muchas veces han sido gravemente impedidos por el increíble peso de mis piernas de plomo. Entre sigilosamente al parque en búsqueda de obscuridad para escondernos. Encontramos un gran edificio de estilo greco romano que brindaba una densa sombra a uno de sus lados y no refugiamos en ella por un momento.

Mi hija dormía contra mi espalda, sentía su respiración rítmica, su cuerpo era pequeño y se adaptaba al mío como si fuéramos una solo cuerpo. Mientras me acostumbraba ala obscuridad escuche por primera vez un sonido externo, algo que venia de fuera, no de mi cuerpo, ni siquiera había escuchado mi aliento o el de ella.

Fue mas un ruido, trate de identificar su naturaleza, temía que nos hubieran descubierto. Pensé que no provenía de nuestros captores. Por que use esa palabra, esa palabra era fuente de angustia, siempre lo había sido. Ya no me preguntaba el por que, sino como evadirlos.

Salí nuevamente corriendo, mi cabeza casi a ras del piso brindando un beneficio aerodinámico que notaba con satisfacción. Recorrí vastos espacios con el mas mínimo esfuerzo y casi imperceptible.

Terminamos sin saber como en el interior de una gran casa vacía en el centro de la cuidad. Busque un sitio donde descansar, la descargue y sentándome en una esquina la eche en mis piernas cruzadas para que tuviera algo de mi calor. Ella dormía y yo pensaba en el como habíamos llegado aquí. Recordando todos los detalles que mi memoria podía ofrecerme, pero tan solo llegaba al cafetín, nada antes que eso. Lo notable era mi similitud con el hombre del cafetín, nuestra piel y los ombligos luminosos.

Ahora si recordaba el ombligo, mire hacia el y note que vestía ropa de tipo militar, una chaqueta gruesa con amarraderas de cuero cerraban mi torso. Abrí la chaqueta, buscando mi ombligo, vestía también una camiseta termal, cual levante para descubrir mi abdomen. El ombligo luminoso estaba tenue, seguidamente activándose con destellos y terminando iluminando todo el ambiente con una luz blanca intensa. Cubrí rápidamente mi abdomen para limitar ser descubierto.

Ya con la luz tenue, me preguntaba el por que de la actividad de la luz, ya había aceptado su existencia. Seria algún método de comunicación? Recordaba que cuando me acerque al individuo en el cafetín, las luces empezaron a activarse. Me quería comunicar algo que no escuche por que salí corriendo? Había estado allí para advertirme de algo.

Mi hija dormía placenteramente, la envidiaba. Me percate que no había cruzado palabra ni ningún tipo de comunicación con ella. Por que estaba ella conmigo, no era usual. La mire detalladamente preguntándome si era ella similar a mi, con esos rasgos que me habían sorprendido. Pensé despertarla para asegurarme que era en verdad la única hija que tenia. También pensé que ella pudiera ser la clave de la situación en la estábamos, ya que yo no tenia ni idea del por que. Estos pensamientos cargaron mi mente y quede dormido sin quererlo.

Desperté con sus pies clavados en mi espalda buscando mi calor, esto era reconfortante por que lo hacia siempre en nuestra cama. Nuestra, repetí, había otra persona en nuestra cama, mi esposa, su madre? Empezaba a recordar? Ella despertó y mirándome con una mezcla de sorpresa y felicidad, se arrodillo frente a mi y tirando su cuerpo hacia mi me abrazo. En ese momento empezó a pensar en su madre, donde estaba? Al separarse de mi escuche un gemido como si fuera a decirme algo. No lo hizo.

Quería preguntarle si sabia ella algo, pero antes decidí pensar bien en como hacer mis preguntas. Sabes lo que esta pasando? La pregunte. Vi sus ojos reaccionar a la pregunta, como si entendiera, pero rápidamente volvió a su previa expresión.

Si sabes que pasa, por favor dímelo. La dije. Nuevamente los ojos se encendieron brevemente para nuevamente volver a la expresión neutra. Pensé que podría estar traumatizada y no poder expresarse. Decidí no presionarla y esperar.

Yo portaba un pequeño bolso, miraría su contenido. La mitad de una barra nutritiva, una llave suelta, un lápiz, un negativo de película con cuatro cromos y un boleto de subterráneo. No había visto ninguno de estos objetos antes. Los revise varas veces tratando de extraer alguna pista que me diera indicios de las razones de nuestra situación. La barra nutritiva tenia un envoltorio en un alfabeto irreconocible. La llave parecía común, de aquellas que abren puertas principales de casas. El negativo me intrigaba, no podía reconocer las imágenes en la obscuridad. El lápiz estaba bien usado con marcas de dientes. El boleto tenia una saldo de 2.45. Si hubiera sido yo el que escogió estos objetos para portarlos, debería haber una razón para cada uno de ellos. Tendría que encontrarla.

Los débiles rayos del sol mañanero empezaron a iluminar la ciudad, debería utilizar la claridad que brindaría el día para descubrir mas indicios de la razón para estar en esta situación. Bese en la mejilla a mi hija y como incontables veces use las mismas palabras para levantarla. Tenia ya la media barra nutritiva en mano para dársela, la tomo y consumió en silencio. Trate con el mismo resultado de hacerle las mismas preguntas de la noche anterior.

Empezó a considerar nuevamente que ella era parte de la situación en la que me hallaba, y que cualquiera semejanza que ella tuviera a mi hija era algo creado para mi sosiego. Sentía como si estuviera siendo probado en un campo de estudio, como si fuera un conejillo de indias, y que todos mis intentos de escapar serian fútiles, ya que desde el cafetín era cautivo. Cautivo de quien, de mis ideas o de que?

Se me ocurrió indagar si su ombligo era como el mío. Le pedí que me lo mostrara, corrió su camiseta para mostrármelo, mientras subía la pieza no miraba hacia su ombligo, intensamente y con algo de malicia en su cara me miraba. Volví a mirarle el abdomen, su ombligo era normal, no como el mío. Que decepción esperaba que fuéramos iguales.

Era ella la normal, o era yo? Existe la normalidad? A quien persiguen, a ella, a mi, o a los dos? Otra complicación. Dicen que la preguntas no son peligrosas, las respuestas lo son. Ella empezaba a cobrar un valor mas importante. Presentía que ella podría brindarme información que me sirviera entender mejor nuestra situación.

Probé de nuevo hacerle preguntas, sabia que no respondía verbalmente. La tome por los hombres y asegurándome que me escuchara, la dije, si te hago preguntas que solo pueden responderse con si o no, me responderías? Movió su cabeza afirmativamente. Era un avance.

Pensé como organizar mis pensamientos para cuestionarla. Empecé con, sabes por que estamos aquí? Hizo el gesto de si. Esto me alegro mucho. Es por ti? No respondió. Es por mi? Si. Sabes por que no recuerdo nada antes del cafetín? Si. Quien era ese hombre en el cafetín? No respondió, claro no era una pregunta de si o no. Sabes quien era ese hombre? Si. Sabes por que estuvo ahí con nosotros? Si. Tenia el algo que decirme? Si. No habíamos hablado, como se hubiese comunicado conmigo. La luz, eso era la comunicación entre nosotros, pero yo no recordaba haber recibido nada.

Fue a través de la luz nuestra comunicación? Si. Sabes que me decía? Si. Era urgente? Si. Peligramos? Si. Por que? Silencio. Es de vida o muerte? Si. Estamos a salvo aquí por el momento? Si.

Cual era su razón de ser? Recordé una vida donde tenia una hija, contestar mis preguntas, acompañarme? Todos estos factores eran reconfortantes dada nuestra situación. Volví al hombre en el cafetín. Debería saber lo que me dijo ese hombre? Si. Como saberlo, no afloraba en mi consciente, tendría que rebuscar mis experiencias y posiblemente lo recordaría. Esa información me explicara por que estamos aquí? Si.

Respiro profundamente, cerré los ojos y trate de imaginarme en el momento de intercambio luminoso. Lo veía claramente como una película a color, pero muda. Deje que los detalles ambientales que tanto me agradaban pasaran a un plano secundario, lo vía al hombre frente a mi hasta no ver nada mas. Empecé a escuchar unas campanadas lejanas que se acercaban con un repicar rítmico, conocía esa tonada, la había escuchado desde niño. Ellas me trajeron un sinnúmero de imágenes de mi vida pasada, unas gratas otras no tan. Pasaban con en una presentación audio visual, las campanadas en creciendo. Las imágenes como las campanadas tenían un sabor familiar o conocido.

Sobresaltado, abrí los ojos y pregunte, ese hombre me dio esas memorias? No. Son las mías? Si. Me dio algo mas? Si. Sabiendo esto tendría que buscar las respuestas en mis memorias con mas detenimiento. Me estire de espalda en el piso, cerré los ojos y las imágenes volvieron. Entre todas la imágenes vistas con premura, había una irreconocible. La buque y centrándola la examine con detenimiento. Esta imagen creció en tamaño opacando al resto y tomando un sabor tridimensional que me envolvía.

Había ingresado en ella y era una habitación desnuda, yo estaba parado en el centro de un cubo blanco sin entrada ni salida.

Abrí los ojos y volví a este otro mundo. Me incorpore, mire a mi alrededor y mi hija no estaba, salte y de pie confirme su ausencia. Me temblaban las manos y sentí un malestar en el estomago. La idea de perderla era inconcebible, tuve que sentarme. Donde esta? Por que no esta aquí a mi lado. Lagrimas corrieron por mis mejillas hasta llorar desconsoladamente por su abandono.

Con un agudo dolor en el corazón sabia que estaba solo. Que haría? Quien me ayudaría a navegar este mundo? Se habría ido por alguna razón? Dedique un largo rato a pensar en mi nueva situación. Era ella solo un acompañante temporal? Sabiendo que nada es para siempre me consolaba aunque no lo entendiera. La extrañaría, nunca me había gustado la soledad. Agradecí los momentos que ella me había brindado, por mas efímeros que en mi opinión habían sido.

Cuando acepte mi estado, pensé que como en mis sueños, llegaría un momento crucial que causaría que despierte. Esto lo pensaba, por que la similitud de esta situación era tal con mis sueños, los cuales muchas veces semejaban la realidad. Estaría soñando o despierto? Siendo un sueño tendría que esperar su final. Si fuera mi vida real tendría que también esperar su final. Ni modo, la mejor opción seria de tratar de pasarla lo mejor posible en cualquiera de esto dos mundos. Esto me calmo.

Recogí el bolso y reexamine su contenido. Comí el resto de la barra nutritiva. El lápiz había escrito mucho, notas, sumas, restas, etc. Había ayudado a su dueño a anotar partes de su vida, era un instrumento que le había servido. Mirándolo, le agradecí su leal servicio.

Levante contra la luz la película y observando con cuidado el primer fotográma, era una escena de un grupo de personas alrededor de una mesa en un patio al fresco. Era yo uno de los comensales. Pero si era mi familia, mis padres, hermanos, mi tía y su hijo. Era un almuerzo en mi niñez, todos nos mostrábamos sonrientes y contentos.

El segundo fotograma tenia tres personas paradas frente a la puerta de una casa de ladrillo. Era mi esposa cargando a mi hija de un año y yo. Este recuerdo me trajo a mi mediana edad, ya no un niño.

El tercer fotograma era irreconocible. El cuarto estaba velado, negro sin imagen, como si el fotógrafo solo había tomado fotos hasta al anterior y no había tenido tiempo o vista para hacer esa ultima imagen.

Estaba nuevamente solo, pero no me sentía tan solo, me reconfortaban y acompañaban mis memorias. Estaba agradecido a la vida por habérmelas brindado. Me percate que había tenido una buena vida y eso me alegro.


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